Las nebulosas se han detectado en casi todas las galaxias, también se han encontrado en la nuestra, la Vía Láctea.
Dependiendo de la edad de las estrellas asociadas, se pueden clasificar en dos grupos:
1. Asociadas a estrellas evolucionadas, como las nebulosas planetarias y los remanentes de supernovas.
2. Asociadas a estrellas muy jóvenes, algunas incluso todavía en proceso de formación, como los objetos Herbig-Haro y las nubes moleculares.
Dependiendo de la luz de las estrellas se pueden clasificar en:
Nebulosas de emisión: su radiación proviene del polvo y los gases ionizados como consecuencia del calentamiento por estrellas cercanas muy calientes. Un ejemplo de este tipo es la nebulosa de Orión.
Nebulosas de reflexión: reflejan y dispersan la luz de estrellas poco calientes de sus cercanías. Las Pléyades de Tauro son un ejemplo.
Nebulosas oscuras: son nubes muy poco luminosas, se representan como una mancha oscura, a veces rodeada por un halo de luz. La razón por la que no emiten luz por sí mismas es que las estrellas se encuentran a demasiada distancia para calentar la nube. Un ejemplo es la nebulosa de la Cabeza de Caballo, en Orión.
Nebulosas oscuras: son nubes muy poco luminosas, se representan como una mancha oscura, a veces rodeada por un halo de luz. La razón por la que no emiten luz por sí mismas es que las estrellas se encuentran a demasiada distancia para calentar la nube. Un ejemplo es la nebulosa de la Cabeza de Caballo, en Orión.
Gonzalo Sevilla Blasco.